• Revista - South as a State of Mind
    Revista - South as a State of Mind

  • Revista - South as a State of Mind

    Revista - South as a State of Mind

Uma outra história do vídeo do Sul, por Agustín Perez Rubio

A+ a-
postado em 28/05/2014
Artigo publicada na revista South as a State of Mind recapitula a história do vídeo no contexto das artes visuais na América Latina — e o papel do Videobrasil nesse processo

Em artigo publicada na revista grega South as a State of Mind, o curador espanhol Agustín Perez Rubio recapitula a história do vídeo no contexto das artes visuais na América Latina — e o papel do Videobrasil nesse processo.

Leia abaixo o texto publicado, disponível na íntegra:



VIDEOBRASIL: Connecting cities - Collecting experiencies
Una historia otra del Video desde el Sur

Está claro para todos que hablar de video y hablar del Sur es hablar de otredad… Ambas acepciones fueron tomadas como una especie de reflejo subsidiario  del Arte (con mayúsculas): desde la pintura, escultura o dibujo; o bien a nivel geográfico, siempre contando esa historia que en el Sur las vanguardias no fueron propias sino importadas. Menos mal que el señor Derrida y los estudios post-coloniales, además del aumento del arte conceptual y las posiciones políticas dentro del arte, nos han venido a trasferir esa idea de que el Sur está cada día mas presente, y es en cierta medida una subversión del norte, del mismo modo que hiciera Torres-García colocando el mapa de América Latina upside down.  Además de comprobar que el video ha dejado de ser una practica poco extendida y denominada casi peyorativamente “arte electrónico”,  para devenir y posicionarse en el epicentro de las practicas artísticas desde sus comienzos hace casi medio siglo, a finales de los años 60´s.

En todos estos años de historia del video, o mejor dicho, de historias del video (existen tantas como contextos, situaciones, manejos y colaboraciones se hayan hecho a favor de una disciplina artística como el video), existe cada vez mas, una aproximación histórica, que tiene que ver con una verdadera labor de trabajo constante y de empeño por intentar ampliar la mirada y las formas de actuación de esta herramienta artística. En esta Historia (con mayúsculas), por supuesto hay que contar con todo lo que el Sur ha aportado a ello, puesto que  fueron justamente muchos de los artístas americanos de los años sesenta, los que estaban en constante comunicación y continuo debate sobre estas herramientas con sus homónimos en América Latina, sobre todo en Argentina, Brasil, Chile, etc, además de que existió un verdadero intercambio de vivencias y experiencias desde artistas latinoamericanos que vivieron a finales de los setenta en Estados Unidos, como visitas y festivales de principios de los setenta en ciudades de América Latina que ponía en evidencia el flujo y la mayor apertura de estas disciplinas. Existen varias experiencias de lo mencionado en el contexto brasileño, pero sobre todo hay que señalar una muestra en 1973 (el mismo año que se vio una pieza de videoarte en Brasil en un MAC de la mano de  su director Walter Zanini que exhibió una obra de Fred Forest titulada Registro de Paseo Sociologico por Brooklin ), curada por Aracy Amaral titulada Expoprojeccion 1973, y que luego fue de la mano del Grupo Cayc  a Buenos Aires, ya que en esta muestra se comenzaban incipientemente a existir cierta relación entre los artistas del cono sur en este medio. Esta muestra ha tenido recientemente una revisión de la mano de la propia curadora titulada Expoprojección 1973-2013, en el SESC Pinheiros.

De todos modos, es a partir de los años ochenta cuando se comienza a centrar en una pasión por este medio para comenzar a investigar y a relacionarlo con lo que realmente fue el video. Una herramienta política de lucha en contra del propio sistema  económico y galeristico del arte y mas centrado en ese relación con un medio como es la Televisión. Es bajo esta aproximación contextual donde tenemos que situar el nacimiento de muchos y diversos certámenes que tuvieron al video como importante centro de investigación, difusión y estudio. Diversos son los ejemplos pero ninguno con la importancia y perseverancia como Videobrasil, que de alguna forma a lo largo de los treinta años de experiencia se ha convertido en mucho mas que un festival de video, y mas allá de un festival solamente brasileño y del Sur como se trataba. Justamente estas dos nociones son las que siendo fiel a si mismo y a su voluntad Videobrasil ha transcendido, para no solo ser un festival de video sino de Arte y ser mas que un festival sino una cita ineludible cada dos años en Sao Paulo, pero sobre todo, para comenzar con una mirada puesta en el futuro pero también en el pasado, a constituirse como la mas  grande e importante Colección de video en Brasil y de las mas interesantes en este Sur que nos ocupa, por su unicidad, es decir por la singularidad de la Colección que recoge la propia historia del certamen y su contexto.

De todos modos, Videobrasil  también ha logrado este  éxito  porque ha ido mas allá de ser un festival del Sur, para ser un festival de muchos Sures, o de una idea de un Sur geopolítico como le gusta denominar a su directora Solange Farkas, quien ha sido el alma viva de esta institución desde sus comienzos y que con su constancia y tesón ha logrado situar a Sao Paulo en el centro de este nuevo eje central del arte,  y que ha tenido la  claridad de visualizar el futuro para poder llegar al presente que nos ocupa con la vitalidad, interés y calidad de  los programas y con un listado de artistas que uno queda deslumbrado, entre grandes figuras de hoy en día a jóvenes desconocidos o aristas de un determinado momento que no transcendieron al futuro pero que son huella de una realidad especifica y contextual.

De todos modos, Videobrasil nace a principios de los ochenta con una voluntad muy diferente puesto que como bien apuntaba Eduardo de Jesús, curador de Videobrasil y estudioso de la historia del festival, podemos evidenciar varias etapas y periodos dentro de este.  En primer lugar la década de los 80´s con un festival anual, donde e Brasil comenzaba una apertura política, y donde los videos tenían una relación de amor odio con y contra la televisión. En este sentido los documentales, reportajes, entrevistas, incluso los video musicales eran parte de la programación, mas central en lo nacional y donde llego a existir la censura de algunas obras por el régimen dictatorial.

Mas tarde en la década de los noventa viene a comenzar la internacionalización del festival conectando ese universo del cono sur con otras realidades no solamente de América del sur, donde la multiplicidad de formatos y las inclusión de muestras paralelas hacen que se enriquezca el festival. En este sentido comienza Panoramas del Sur, que atiende primero a una realidad política del contexto Latinoamericano, pero que poco a poco se comienza a evidenciar esta visión geopolítica del sur incluyendo a estos otros “sures” desde Africa a Australia, desde Oriente Medio a China y Sudeste Asiatico, etc… Este eje político se mantendrá y es que el hace agrandar y ampliar las visiones del Sur que hoy conocemos a través del festival y de sus participantes.

La  primera década del siglo XXI trajo la inclusión de Videobrasil dentro del amplio espectro internacional del mundo del arte, del mismo modo que la propia disciplina y medio fue adentrándose en los museos, colecciones, galerías y los artistas que antes no habían utilizado esta herramienta fueron cada vez mas siendo participes de estos formatos. Del mismo modo el certamen fue ampliando su visión incluyendo mas curadorias, y los artistas no venían solamente del medio videográfico aunque trabajaran con él. Además se hizo patente la relación con ottas disciplinas como la acción y la performance, que estuvo muy presente en  la décima edición que fue dedicado a dicha disciplina. Asi podemos decir que es en esta década también donde se asienta está plataforma del Sur como eje esencial del certamen.

Por último estas dos ultimas ediciones 2011 y 2013, Videobrasil se ha ido asentando cada vez mas en una labor de abrir su espectro no solo al video sino a otras disciplinas, desde pintura a instalación, de cine a escultura, aunque cabe mencionar que es en esta relación cinemática o audiovisual donde las obras se insertan y las que mejor funcionan en la muestra son aquellos que siguen teniendo esta relación con lo videográfico o fílmico como esencia de la obra, aun estando formalizadas en otras técnicas o disciplinas.

Tras este recorrido por la historia de todas estas conexiones, pues Videobrasil no es un certamen sin mas, sino que en cada edición invita a todos los artistas, desde Perú a Shanghai, de Melbourne a Lagos, de Buenos Aires a Delhi, de Beirut a Durban, de Recife a Tel Aviv, ello junto a invitados especiales para los programas públicos, conferencias, seminarios, charlas, performances, hace de esta cita algo singular. Todas y cada una de estas ciudades y sus contextos quedan conectadas a través de las experiencias e intercambios entre sus participantes que deja patente una poderosa energía creativa y un compromiso político y social en su posicionamiento. Además de que en estas ultimas ediciones, seguirá poniendo énfasis a las residencias de los artistas, que pueden disfrutar de sus intercambios y experiencias en instituciones de ciudades como La Paz-Bolivia,   Nassau-Bahamas o Lagos-Nigeria a Londres-UK, Sao Paulo-Brasil, Beirut-Líbano y un largo etc… Esto ha amplificado esa idea de conectar varios centros, varias ciudades y los artistas entre los diferentes contextos.

En este sentido lo mas interesante, como mencionaba anteriormente es que todas estas experiencias, visiones, contextos, políticas y situaciones han sido recogidas, guardadas, documentadas y coleccionadas. Hoy por hoy Videobrasil atesora mas de 3000 documentos entre obras, entrevistas, documentales, programas de televisión, etc., que lo sitúa como cronista del devenir del video y del mundo artístico no solamente en Brasil, sino en un Sur que se conecta a través de la experiencia de un certamen bianual, pero que sigue vivo durante los años que no se celebra pues las muestras itineran dentro y fuera del país, del mismo modo que en este mismo año comenzará a hacerse con su Colección los años que no acontezca el festival. Del mismo modo que su pagina web sigue viva con el acevo, el Canal VB, y toda una serie de publicaciones y actividades que hace de Sao Paulo, un centro artístico importante tanto por artistas, instituciones, galerías, colecciones y por la Bienal, donde Videobrasil ha generado y aglutinado gran parte de esas conexiones en sus treinta años de historia.

Agustin Pérez Rubio

Tags
Festival